En una ciudad yanki muere un eminente cardiólogo y sus amigos y familiares deciden hacerle un grandioso y pomposo funeral. En medio de la iglesia y detrás del ataúd se encontraba un gigantesco corazón todo cubierto de flores. Terminado el servicio fúnebre y leída la eulogia, el corazón se abre en dos y el ataúd, al son de una hermosa música, se desliza suavemente dentro del corazón. Una vez adentro, las dos puertas se cierran y el ataúd desaparece de la vista de los presentes, encerrado para toda la eternidad en el hermoso corazón. En ese momento se oye la risa de uno de los amigos del difunto. Todo el mundo se da vuelta para mirarlo y el señor se disculpa diciendo:
- Lo siento, disculpen... estaba pensando en mi propio funeral... yo soy ginecólogo...
3 comments:
Va a ser un funeral de la concha de s...
Uy, perdón.
Le metí una mano, le meti una pierna.... upssssssss, sorry me acordé de Pabellón Psiquiátrico.
Juaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!
Me acordé de cuando Robin, digo, Patch Adams prepara la convención de ginecólogos en la universidad, juaaaaaaaaaaa!!!!!!!
urpoaabu... no será mucho?
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