... y hay que disfrutarla. Creo que ese debería ser un precepto a cumplir cada día, sin ningun tipo de excepción. Sin notarlo, pasamos la mayoría de la semana embebidos en una rutina:
- Suena el despertador, me levanto para apagarlo.
- Tengo fiaca, me quiero quedar cinco minutos más!!!
- Ya se me hizo tarde, mejor me levanto.
- A ver que desayuno hoy?
- Uuuuuuuu... se me escapa el bondi. A correrlo. ¿Donde dejé mi estado físico?
- Cual murcielago, hoy nos toca ir de parados.
- "Hola buen día a todos/as", me senté frente a la PC.
- Tic, tac. Tic, tac. El reloj marca el ritmo del día.
- "¿¡¿Que, ya son las seis?!?"
- Otra vez la de murcielagos.
- "Quiero mi cama!"
- Entre una y otra cosa, de vuelta a acostarse.
- Ir al punto 1.
Es por eso que cuando se me presenta un momento para escaparle a la rutina, aprovecho. Y parece que no soy el único. Sino miren cuantos pensabamos igual, el 2 de marzo de este año.
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Gracias U2, por hacer estallar el estadio.
Gracias, por los momentos vividos.
Gracias, por los momentos vividos.
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