Introspectiva

Es domingo, se hizo de noche y yo me encuentro frente a mi computadora viendo fotos de alguien que ni conocí, viendo parte de su vida, su familia, parte de su intimidad. Esto me lleva a preguntarme si es que, de seguir este camino, realmente no tengo vida.

¿Habré llegado a ese punto? ¿Habrá llegado ese día?

Por el momento cualquier respuesta a esas preguntas, prefiero obviarlas. En este momento prefiero ignorar ciertas cosas y enfocarme realmente en aquellas que si puedo manejar. Lo irónico es que a poco de un mes de ingresar, ya me ascendieron y en el transcurso del próximo mes tendré gente a cargo. Lo irónico no es que me vaya bien en el trabajo, sino que mucho tiempo trabajé para esto (o por lo menos asi lo siento). Es en este momento, que me doy cuenta que realmente no seguí adelante con mi vida, simplemente me dediqué a trabajar. Me dedique a suplantar con bienes materiales aquello que, antes conseguía con un simple beso o caricia.

Siempre dije que el día que tuviera poder sería un reverendo (bue... completen ustedes la frase). La realidad me muestra los resultados de mi propia obra y no me gusta. Realmente no me agrada, pero sólo se concentrarme en mi trabajo. El resto de las cosas es mejor que esperen. No me quedan ganas de arriesgarme una vez más, de permitirme ser vulnerable con otra persona.

Se que soy lo más atípico en una persona de mi edad, y sin embargo no tengo la valentía para cambiarlo. Ya no.

Ayer me di cuenta que uno puede estar toda una vida al lado de una persona y no aburrirse. Ayer me di cuenta que por más bien que me encuentre, todavía me hace falta recibir esa caricia. La caricia que me dice, "esta todo bien". Esa caricia, hoy, la añoro.


En fin, esa es mi vida señores.
No se asombren, si las cosas cambian repentinamente.